METAL LEGION FEST III: LA CRÓNICA

Sábado. Llueve. No hace frío, pero tampoco hace buena temperatura, y en algo menos de tres horas va a dar comienzo la tercera edición del METAL LEGION FEST III, en la Sala Malandar de Sevilla. Llegamos para el montaje y la prueba de sonido de las cuatro bandas que se subirían a hacer lo que mejor saben y para lo que viven: Metal. Los grupos que se presentan son (en orden de aparición) ADBEEL (HADES) , 4SFERA HABITAT yKANCERBERO.
Este tipo de eventos son los de nuestra clase, el underground saliendo a la luz (un día de lluvia) y los estandartes del metal a la vista de una ciudad que está buscando se la considere por algo más que los finalistas de La Voz en concierto y la Semana Santa.
Las pruebas de sonido se hacen largas, vamos mal de tiempo, pero ocurre que son muchas las cosas hechas a pulmón y pocas manos para que todo salga bien.
Antes de las 21 ya hay gente en la puerta, es una buena señal, las entradas están casi totalmente vendidas y la cosa promete. A efectos prácticos, la organización no estuvo a la altura, si bien la difusión fue bien organizada, otros detalles hicieron que no se estuviera del todo a gusto, y que los grupos apenas tuvieran algunas botellas de agua y poco más, cosas que se han notado en la prueba de sonido y en los trabajadores de prensa.

Pero bueno, seguimos adelante, y cerca de las 21:30, salen los integrantes de ADBEEL: las luces se apagan y  a escena una lánguida y rubia mujer dejando un cofre a mitad del escenario… se retira y comienzan los acordes de la primera canción, todo es lirismo y desenfreno. Dicen que ADBEEL hace un estilo llamado STRONG/DRAMA,  se nota. La vocalista va a buen ritmo, a veces parece la voz de un ente lírico que va narrando historias de amor y desencanto, y de pronto sale de los avernos una voz gutural bien intercalada. Canciones como DON´T CRY o RECUERDOS son una muestra sobrada de una buena interpretación.

La sala ya estaba comenzando a llenarse, el ambiente era intenso y el sonido estaba bien ajustado para lo que quedaba de noche.
De inmediato subieron al escenario los chicos de 4SFERA. Se nota que conocen su sonido, son contestarios y duros, y saben cómo llegar a la gente. El sonido entre alternativo y metalero me llevo a buenos años de finales de los 90, principios del 2000. El bajista, con look Tom Morello incluido, se llevaba de perlas con la batería (me fascina cuando las canciones comienzan con la llamada de los palillos), el vocalista estaba con mucha fuerza y su guitarra marcaba la rapidez de las canciones. El grupo fue de menos a más, pero terminó agotando a un público que estaba pendiente de las letras y los ritmos. Como última llamada se nota la veteranía de Juan Manuel Preda en la guitarra (ex de Guarida). El rock de este grupo es rapidez y salvajismo bien coordinado y curtido.

Entonces ocurrió lo de HABITAT. Apenas tocaron 7 canciones de su último trabajo “En algún lugar”, con la sala en su punto más álgido y con un lleno casi total (Unas 180 personas). Sonaron como si estuvieran en el salón de su casa, con potencia, brutalidad y, sobretodo, muy claro el concepto de lo que son y lo que hacen. Hay un deje de oscuridad melancólica en las canciones, una potencia que te impide quedarte quieto. La gente se convirtió en una masa que absorbía el sonido y las letras hacían que, cada mensaje, encontrara un puerto de recepción altísimo. El bajista tenía una lesión en su mano y subió a tocar con escayola: ese tipo de acciones son las que convierten un recital en una gesta, porque estuvo marcando y soportando la diferencia de tonos entre el vocalista y la apuesta de sonidos que llevan. Las guitarras van acondicionadas a ser el directo a la barbilla y los puentes que unen cada una de las canciones del set. El baterista subyuga con la velocidad y los ritmos interpuestos en cada cambio de acorde. Y la experimentada voz que iba clamando y rompiendo cada segundo, me hizo muy complicado poder desgranar la actuación para hacer una crítica más concreta. Apenas puedo decir que se me pasó volando, que la gente se enloqueció y que, sin desmerecer a los otros, fue lo mejor de la noche.

Para cerrar un festival variado y completo se subieron al escenario los KANCERBERO con una dosis de virtuosismo impactante. El teclado abriendo la noche, el bajo dando las primeras notas, dieron paso a una guitarra blanca que recorrió la sala con unos arpegios desorbitantes. La voz es digna de lo más clásico del metal, a mí, muchas veces me llevó hasta Argentina y mis años escuchando Rata Blanca y Panzer. Este tipo de grupos son los que rompen los estereotipos que tanto nos han impuesto. Son los típicos muchachos vestidos simplemente con un par de vaqueros y una camiseta que ves en la Alameda bebiendo una cerveza. Pero cuando cada uno toma su lugar es cuando el toque medieval y clásico del heavy se hace presente. Fue un acierto que cerraran ellos, porque si bien la gente no aflojó de saltar y bailar en toda la noche, con esta banda, se pudo dar el lujo de frenar un poco y escuchar detenidamente a cada uno los instrumentos.

Crónica por Sebas Abdala

Comentarios

  1. Una reseña de calidad, sencilla pero con gancho. Hay sello propio. Y coincido en destacar a Habitat como la sensación de la cita.

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